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Capital social y reducción de la pobreza (página 2)



Partes: 1, 2

La participación social se refiere al
involucramiento directo y activo de los ciudadanos en iniciativas
o proyectos de bien común. Se realiza principalmente en el
ámbito comunitario, y da cuenta de una motivación
socioterritorial porque incide en la vida del lugar. La
participación se liga al capital social, sin embargo, no
es per se constitutiva de capital social y puede darse el caso de
acciones de interés estrictamente individual, de
trayectorias de carácter político o de
espacios de liderazgo alejados de los ámbitos de la
confianza y la reciprocidad.

Capital social, ciudadanía y compromiso
cívico

El concepto de ciudadanía se vincula a derechos y
deberes de las personas. El concepto se entrecruza, pero es
distinto, al de capital social. Ambos se relacionan con umbrales
de dignidad y calidad de vida. Ciudadanía refiere a los
derechos y las responsabilidades de los ciudadanos y usuarios de
las políticas públicas y a su participación
y control de la acción del Estado. Al estar ligado el
capital social a la capacidad cooperativa de las personas,
contiene una semilla fértil de expansión de la
ciudadanía, así como el interés y compromiso
por los asuntos de bien público.

Capital social, sociedad civil y
asociatividad

Se ha vinculado el concepto de capital social al de
organizaciones y asociaciones propias del área privada o
no gubernamental, incentivadas por motivaciones de interés
público. Estas entidades intermedias son eficientes
colaboradoras de las redes ciudadanas, pero en sí mismas
no son necesariamente portadoras de capital social. En este
sentido, el número de estas organizaciones no es indicador
de capital social.

Capital social, organización social y
organización comunitaria

En principio, la existencia de organizaciones sociales,
funcionales y territoriales, constituye una señal de
presencia de capital social, asumiendo que en la
interacción que las sustenta existen bases de confianza y
reciprocidad, y que su lógica principal es la
cooperación. Sin embargo, estas organizaciones no
constituyen necesariamente un depósito de capital social.
Ellas pueden surgir en respuesta a demandas del Estado, tener un
carácter meramente instrumental y operar sobre bases de
control más que de cooperación. El registro del
número y tipo de estas organizaciones no constituye un
indicador de capital social. Es necesario hacer un
análisis más complejo, evaluando las
bases de reciprocidad y confianza que sustentan a estas
asociaciones, así como su capacidad de movilizar activos
para sus participantes.

Capital social y redes sociales

El término red social se utiliza profusamente en
el ámbito de la política social y se restringe con
cierta frecuencia al conjunto de beneficios contenidos en los
programas sociales. Esta comprensión de red social no es
capital social. Otras veces se habla de red social cuando un
conjunto de instituciones u organizaciones se proponen trabajar
coordinadamente. Tampoco es capital social en el sentido
definido.

Una red social es capital social cuando los actores
involucrados en la relación de intercambio aportan
distintos tipos de recursos, que se disponen en la red para que
otros tengan acceso a ellos. Estos recursos pueden ser parte del
capital que tiene cada uno de los actores que entran en
relación (capital humano), pero también existen
recursos que están integrados en las redes de otros
actores con que se interactúa; sobre estos recursos se
tiene acceso directo o indirecto. Las redes tienen, por lo tanto,
la capacidad de ampliar el espectro de recursos de que dispone
cada uno de los agentes que la constituyen, que ponen la
experiencia propia a disposición de otros para el logro de
objetivos y metas comunes.

III.
CLASIFICACION DEL CAPITAL SOCIAL

Los diferentes tipos de capital social que existen
son12:

1) Capital social horizontal que consiste en los lazos y
redes que potencian la formación y acción de grupos
sin asumir algún alcance específico de tal grupo,
como "comunidad" o "clase social".

2) Capital social horizontal y verticalmente extendido
(scaled up). Cuando los grupos horizontales locales forman lazos
con otros grupos de base para formar redes y federaciones; los
lazos horizontales y verticales entre ellos pueden ser más
débiles que los lazos intra grupales, pero éstos
juegan un papel crítico en cuanto a la generación
de poder de negociación con respecto a otros
actores.

3) El Capital social intersectorial se muestra en las
relaciones que incluyen la creación de coaliciones entre
los actores en pro de las reformas y que crucen las fronteras
entre agencias internacionales, estados-naciones y las sociedades
civiles (organizadas local, nacional y transnacional).

La CEPAL13 establece la diferencia entre el capital
social individual y el capital social comunitario. El primero se
define como la confianza y la reciprocidad que se extienden a
través de redes ego-centradas. Este tipo de capital consta
del crédito que ha acumulado la persona en la forma de
reciprocidad difusa que puede reclamar en momentos de necesidad,
a otras personas a las cuales ha ofrecido servicios o favores en
el pasado. El segundo se define como aquel que se expresa en
instituciones complejas, con contenido y
gestión.

IV. UTILIDAD DEL
ENFOQUE DE CAPITAL SOCIAL

La CEPAL14 indica que el concepto de capital social
tiene relevancia para una nueva conceptualización de las
políticas públicas, que implica un mayor papel para
la sociedad civil, la democratización en relación a
las reformas del Estado, y como visión llevada a lo micro,
apunta al potencial del capital social en la
implementación práctica de estos grandes principios
de democratización y aumento del peso de la sociedad civil
en la gestión de la economía y del
Estado.

En ese sentido señala, en general hay
coincidencia, en que la perspectiva del capital social permite
poner de relieve los efectos positivos que pueden esperarse de la
creación y uso del capital social, tales como control
social, creación de confianza entre individuos,
cooperación coordinada, resolución de conflictos,
movilización y gestión de recursos comunitarios,
legitimación de líderes y generación de
ámbitos de trabajo, la prevención y sanción
de quienes abusan de él y la producción de bienes
públicos.

Anota que, de manera más específica,
quienes utilizan este enfoque subrayan que las relaciones
estables de confianza, reciprocidad y cooperación pueden
contribuir a una serie de beneficios:

– Reduce los costos de transacción, al disminuir
u obviar la necesidad de firmar contratos, llevar controles
contra estafas y el costo enorme que son los pleitos
judiciales.

– Produce bienes públicos: tanto el manejo que
hacen los individuos de sus redes y contactos, las estrategias de
los grupos y las acciones calificadas de las instituciones
comunitarias pueden producir beneficios para el conjunto de la
sociedad.

– Facilita la constitución de organizaciones
productivas y de gestión de base efectivas: son empresas
asociativas de cualquier índole.

– Facilita el surgimiento de actores sociales nuevos y
de sociedades civiles saludables, a nivel de sistemas nacionales.
De manera indirecta, este proceso de empoderamiento es un
elemento clave para la superación de la pobreza
material.

V. COMO SE MIDE
EL CAPITAL SOCIAL

Portela y Neira15 señalan que la tarea de medir
el capital social está resultando complicada, puesto que
al no ser un elemento tangible no existen claros elementos
identificativos para disponer de una medida exacta. En el momento
de proceder a su cuantificación se utilizan variables
aproximativas, al igual que se hace con el capital humano, pero
en este caso todavía no existe unanimidad sobre
cuál o cuales son las variables más adecuadas para
recoger el posible efecto del capital social sobre el crecimiento
económico.

Anotan que dado que las definiciones de capital social
se plantean en términos multidimensionales no es posible
buscar una entidad invariante y universal para el capital social.
Entre las razones que se apuntan para que no se pueda lograr una
única medida se encuentran las siguientes: la inmadurez,
el capital social está en la infancia como concepto y hay
un foco de tensión entre los investigadores que quieren
aplicar las medidas disponibles inmediatamente y aquellos que
desean buscar mejores caminos para explorar y profundizar en el
concepto; la no-linealidad del término que requiere de
modelos más flexibles y multidimensionales y la falta de
datos, aunque existen ya diseños de encuestas que se
proponen medir el capital social y que producirán
indicadores más ajustados.

Mencionan que el indicador de confianza social ha sido
utilizado en numerosos estudios como aproximación al nivel
de capital social. Algunos autores argumentan que este uso se
debe a la necesidad de una medida "rápida" que se aproxime
al concepto de capital social. Otra cuestión que se
plantea es que si el capital social es una característica
comunitaria las medidas se desarrollan a través de la
agregación de respuestas de individuos, pero numerosos
autores no están de acuerdo con esta visión porque
argumentan que el capital social colectivo no es la simple suma
de los diferentes capitales sociales individuales.

Indican que las conclusiones obtenidas del número
de estudios realizados hasta el momento sobre el capital social
sugieren que los investigadores deberían centrarse en
buscar mejores medidas sobre tres cuestiones clave como son las
siguientes: miembros en asociaciones locales y redes que son
usadas como un indicador del capital social estructural y que
consiste en medir aspectos varios de los miembros y del
funcionamiento institucional de las mismas; indicadores de
confianza y adherencia a las normas e indicadores de
acción colectiva.

Sostienen que todos estos indicadores representan
medidas, cuantitativas y cualitativas, de capital social, pero no
hay ninguno que recoja una valoración directa del mismo.
La ausencia de un mercado para el capital social, dado que es un
bien de carácter eminentemente público, hace muy
difícil su valoración. Sin embargo, ésta es
inevitable si queremos que el capital social sea considerado como
un factor que afecta al desarrollo. Por lo tanto se requiere que
esta variable pueda ser estimada y se debe intentar lograr un
sistema de cuentas nacionales que incluya, además de
aspectos económicos, aspectos sociales, a partir de los
cuales se podría acometer una mejor medida y
valoración del capital social.

La CEPAL16 señala que existen serias dificultades
en la medición del capital social. Si bien es posible
medirlo, sólo por casualidad esas mediciones
cumplirán con los requerimientos básicos de rigor
científico.

Anota que el capital social tiene una importante
dimensión cualitativa. Requiere medir la naturaleza de la
acción colectiva, las dificultades inherentes de la
acción y del grupo, el rendimiento y la capacidad de
adaptación y resistencia del grupo frente a las
dificultades. Todas estas variables son difícilmente
cuantificables. Una posibilidad sería recurrir a las
encuestas sociales sobre valores y confianza de los ciudadanos,
aun cuando las respuestas variarán según la forma
en que se planteen y según quién formule
las preguntas; en general, ellas carecen de continuidad y
falta información sobre muchos países.
Otra forma podría consistir en la ausencia de capital
social mediante mediciones tradicionales de conflictividad
social, tales como tasa de criminalidad, uso de drogas,
suicidios, evasión de impuestos y otras.

VI. IMPORTANCIA
DEL CAPITAL SOCIAL PARA EL DESARROLLO

El Banco Mundial17 menciona que el capital social tiene
implicaciones importantes tanto para la teoría como para
la práctica y la política del desarrollo. Las
"recetas" convencionales para mejorar las perspectivas
económicas de las comunidades y naciones incluyen: mejorar
la educación y los servicios de salud, construir
instituciones políticas competentes y responsables, y
facilitar la aparición de mercados libres capaces de
competir en la economía global. El capital social
está relacionado con cada uno de estos
aspectos:

• Capital Social y Educación

Las escuelas son más efectivas cuando los padres
y los ciudadanos locales se involucran en sus actividades. Los
maestros están más comprometidos, los estudiantes
alcanzan mejores resultados en los exámenes y se usan
mejor las instalaciones de las escuelas en aquellas comunidades
en las cuales los padres y ciudadanos se interesan en el
bienestar educativo de los niños.

• Capital Social y Salud

Los médicos y enfermeras se presentan a trabajar
y a cumplir sus obligaciones con más asiduidad en aquellos
lugares donde sus actos son apoyados y supervisados por grupos de
ciudadanos.

Sin embargo, a pesar de sus ventajas, el capital social
también jugó un papel cuando las élites
locales descontentas se unieron para cerrar centros de salud en
Uttar Pradesh, India. Como resultado, la tasa de mortalidad
infantil aumentó, una dolorosa advertencia de que el
capital social también puede ser perjudicial
para el desarrollo.

• Capital Social y Privatización

De un modo similar, el caso de Rusia ilustra como la
falta de comprensión hacia formas preexistentes de capital
social puede dificultar la adopción de políticas de
implementación. Los esfuerzos rusos para privatizar las
industrias estatales en un medio social donde la
aplicación de la ley es débil y donde persisten
facciones étnicas y nepotismo, ha creado una
situación caracterizada por una desigualdad creciente,
crímenes violentos y violación de los derechos
humanos.

• Capital Social y Acceso a los Mercados

Asegurar el acceso a los mercados es un paso crucial en
el sendero hacia el avance económico de los pobres. Una de
las características definitorias de ser pobre es la falta
de conexiones con la economía formal, incluido el acceso a
los recursos materiales e informáticos. El capital social
de los pobres se deriva primordialmente de la familia y de los
vecinos, y puede servir como una red de seguridad cotidiana e
importante, pero el capital social de los ricos les permite
promover sus intereses. Ayudar a los pobres a trascender sus
redes de seguridad a fin de que puedan tener acceso a recursos
adicionales es uno de los desafíos del desarrollo
económico.

VII. CAPITAL
SOCIAL Y
POBREZA: CONSTRUCCIÓN

COMUNITARIA

Entre las aplicaciones del concepto de capital social
para mejorar la calidad de vida y aliviar la pobreza, uno de los
enfoques más novedosos es la llamada "construcción
comunitaria"18.

En este tipo de iniciativas el objetivo principal no es
simplemente proporcionar recursos financieros o materiales a los
barrios empobrecidos, sino que sus habitantes superen los
sentimientos de dependencia y ganen confianza en sí
mismos. El punto de partida es la creación de un sentido
de comunidad entre los vecinos, que desarrollan confianza mutua
trabajando juntos en proyectos que hacen uso de los activos
individuales y colectivos del mismo barrio. El nuevo capital
humano y social se convierte en una base para mejoras
futuras.

El estudio de las experiencias y los principios de la
construcción comunitaria, crecientemente utilizada por
grupos vecinales y ONGs en barrios pobres urbanos y rurales de
EEUU, puede brindar nuevas herramientas prácticas a los
voluntarios, profesionales y responsables de políticas de
asociaciones civiles y organismos públicos que buscan
reemplazar los enfoques asistencialistas por otros basados en el
capital social de la comunidad.

Aunque hoy se sabe que el capital social es determinante
para el desarrollo y el bienestar de la sociedad aún no se
ha avanzado lo suficiente en el diseño de instrumentos y
metodologías de trabajo. "Comprender la importancia del
capital social nos dice muy poco sobre cómo incrementarlo
-señala un estudioso-. Se necesita más
investigación acerca de qué intervenciones, si
existen, pueden construir confianza generalizada y fuertes normas
cívicas".

La construcción comunitaria no tiene aún
una metodología uniforme y algunos de sus componentes no
son del todo nuevos, pero es muy diferente de otras
perspectivas afines -por ejemplo la "participación
comunitaria"-, al promover niveles superiores de
intervención y cooperación entre los vecinos. Los
objetivos de los proyectos, así como su diseño e
implementación, no son impuestos desde fuera por las ONGs
que apoyan o financian la iniciativa. En estas definiciones la
comunidad misma juega el rol principal. Los agentes externos
pueden cumplir una función facilitadora o brindar ayuda,
pero los vecinos deben sentir que son los "dueños" de la
iniciativa.

(http://www.cambiocultural.com.ar/investigacion/construccion.htm)

Se trata de un enfoque "orientado a los activos y basado
en la gente que apoya a los habitantes de los barrios pobres
mientras reconstruyen estructuras y relaciones sociales que
pueden haber sido debilitadas por décadas de
migración, desinversión y aislamiento. La
construcción comunitaria incentiva a los residentes a
asumir el liderazgo y la responsabilidad en lugar de ser
receptores pasivos de servicios".

La construcción comunitaria, afirma otra
investigadora, "analiza la pobreza urbana no simplemente como la
falta de trabajo o ingresos, sino como una red de problemas
entrelazados -pobre escolaridad, mala salud, problemas
familiares, racismo, delito y desempleo– que pueden privar a las
familias de oportunidades de un modo permanente. Así, una
consigna de este campo es la abarcatividad: los constructores
comunitarios creen que para reducir la pobreza urbana las
iniciativas deben desatar el nudo de problemas que hoy tienen
atrapados a los pobres".

Principios para el diseño e implementación
de los proyectos

Algunos de los principales investigadores y promotores
de las iniciativas de construcción comunitaria han
señalado una serie de principios básicos que sirven
también como guía práctica para su
diseño e implementación.

Según Kingsley, McNeely y Gibson, la
construcción comunitaria se distingue por siete criterios
fundamentales :

– Estar focalizada en iniciativas específicas de
mejoramiento del barrio, de una manera que permite reforzar
valores y construir capital social y humano.
Trabajando en conjunto en actividades referidas a los problemas y
oportunidades que ellos mismos han considerado prioritarias, los
vecinos construyen capital social y humano, es decir, desarrollan
amistades y confianza mutua, comparten y afianzan valores
comunes, aprenden a trabajar en conjunto y fortalecen sus
instituciones. Ese capital se convierte en un activo para encarar
iniciativas aún más importantes en el
futuro.

– Ser conducida por la comunidad, con amplia
participación de los vecinos, que juegan el rol central en
el planeamiento y la implementación. Los residentes son
los "dueños" del proyecto y los responsables por los
resultados. Los profesionales, agentes e instituciones externas
pueden cumplir un rol facilitador y de asesoramiento, pero la
comunidad debe ser la emprendedora. También es clave que
los dirigentes comunitarios sean representativos-y
continúen siéndolo durante el transcurso de la
iniciativa-, y que los vecinos mantengan un alto grado de
participación directa en las actividades.

– Abarcar el conjunto de los problemas del barrio con un
enfoque estratégico y emprendedor. Los vecindarios
empobrecidos enfrentan problemas múltiples e
interconectados -infraestructura, trabajo, seguridad,
funcionamiento institucional, desarrollo económico,
servicios educativos, etc.-, y la construcción comunitaria
debe abordarlos en su globalidad. Esto no significa que deba
hacerse en forma simultánea ni que el planeamiento inicial
insuma demasiado tiempo. Es necesario pasar a la acción
rápidamente con algunos proyectos específicos
-generalmente aquellos que los vecinos definen como los
más prioritarios-, pero estando alerta a las oportunidades
que se presenten para avanzar en las demás áreas.
Los dirigentes comunitarios han de ser, entonces, a la vez
estrategas y emprendedores, y los vecinos deben desarrollar la
visión del barrio que desean y de cómo
materializarla, en base a un inventario de los activos
comunitarios.

– Apoyarse en los activos de la comunidad. Los proyectos
encarados sólo para solucionar problemas tienen una
connotación negativa -ponen el acento en las debilidades
del barrio- y perpetúan los sentimientos de dependencia.
La construcción comunitaria se basa en implementar un
proyecto positivo para desarrollar capacidades propias. Es
necesario un cambio de orientación mental
para identificar los activos localizados en la comunidad y
controlados por ella, y encontrar el modo de aprovecharlos para
el diseño de los planes de acción: habilidades y
conocimientos de los vecinos, negocios del barrio, ingreso
personal de los residentes, asociaciones de la comunidad, etc. En
segundo lugar hay que determinar los activos ubicados en la
comunidad pero controlados por personas e instituciones externas
(por ejemplo, una escuela pública) e imaginar estrategias
para utilizarlos.

– Adaptarse a la escala y condiciones del barrio.
Áreas de cinco mil a seis mil habitantes parecen ser las
óptimas para la construcción comunitaria pues, a
mayor escala, los encuentros personales no tienen la suficiente
frecuencia para que las personas se conozcan y desarrollen
sentimientos de confianza.

– Establecer vínculos de colaboración con
la sociedad más amplia, a fin de fortalecer las
instituciones comunitarias y mejorar las oportunidades de los
vecinos fuera del barrio. Uno de los mayores problemas de los
vecindarios pobres es su aislamiento. La construcción
comunitaria debe concentrarse primero en los activos internos,
pero luego dirigirse al mundo exterior en busca de otros activos,
estableciendo relaciones y creando alianzas con instituciones
económicas, políticas y sociales del tronco central
de la sociedad.

– Cambiar conscientemente las barreras institucionales
que se erigen como obstáculos para vincular al barrio con
la sociedad general, lo cual puede no ser sencillo debido a los
enfoques tradicionales y la inercia de las grandes burocracias
públicas y privadas. Para lograr este propósito los
enfoques colaborativos demandan más tiempo pero son
más sustentables y completos que los
confrontativos.

VIII. EL CAPITAL
SOCIAL EN ACCION: EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS

A continuación se presentan las
experiencias de Villa El Salvador (Perú) y
Ferias de Consumo Familiar de Barquisimeto
(Venezuela)19.

PERU: VILLA EL SALVADOR

En 1973, en una convención multitudinaria, los
pobladores crearon la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa
El Salvador (CUAVES), en ese momento la máxima
organización de la localidad, que tuvo una importancia
central en su desarrollo y que posteriormente integró a
representantes de diversos grupos: mujeres, comerciantes,
artesanos, asociaciones deportivas y culturales.

En 1983 Villa El Salvador se convirtió en
distrito, con gobierno local propio y elegido
democráticamente. La CUAVES, sin embargo, no
desapareció, sino que coordinó su acción con
la del gobierno. El Plan de Desarrollo Integral propuesto por la
CUAVES y otras organizaciones fue puesto en práctica por
el primer alcalde en 1984. Distinguía cuatro áreas
de desarrollo: urbano, industrial, forestal y agropecuario,
cultural y deportivo.

En 1989 la comunidad contaba con 50 mil viviendas. Los
pobladores habían construido 38 mil, así como 60
locales comunales, 64 centros educativos, 32 bibliotecas
populares, numerosos centros de salud y farmacias y una red de
calles y rutas. La matrícula primaria y secundaria eran
del 98% y el 90%, superiores a la media nacional. También
las tasas de mortalidad infantil y general eran inferiores al
promedio del Perú.

Villa El Salvador fue uno de los casos abordados en el
seminario sobre capital social realizado por el BID en 1999. Para
Bernardo Kliksberg, "la clave para entender los logros, que no
erradicaron la pobreza pero mejoraron aspectos
fundamentales de la vida de la gente (…) parece
hallarse en elementos incluidos en la idea de capital social
(…) Los campesinos de los Andes carecían de toda
riqueza material, pero tenían un rico capital social.
Llevaban consigo la cultura y la tradición
indígenas y una milenaria experiencia histórica de
cooperación, trabajo comunal y solidaridad".

(http://www.cambiocultural.com.ar/investigacion/capitalsocial2.htm)

Esta fue la base del trabajo asociativo: los productores
se unían para comprar insumos y maquinarias; un centenar
de clubes de madres creaban y gestionaban 264 comedores; los
jóvenes dirigían numerosos grupos culturales y
deportivos…Como resultado, "se obtuvieron avances
considerables respecto de otras poblaciones pobres y se
creó un perfil de sociedad muy particular, que
mereció la larga lista de premios obtenidos".

VENEZUELA: FERIAS DE CONSUMO FAMILIAR DE
BARQUISIMETO

Las Ferias de Consumo Familiar de Barquisimeto en el
Estado de Lara, Venezuela, que son administradas por una red de
asociaciones civiles, se iniciaron en 1983 con una venta de
apenas tres toneladas de verdura y en 1998 llegaban a los 26
millones de dólares anuales, con 50 puestos de expendio en
toda la ciudad.

De acuerdo con el sociólogo Luis Gómez
Calcagno, una característica particular de la experiencia
es que "no se ha desarrollado a la sombra de subsidios estatales,
ni de algún tipo de privilegio comercial o fiscal. En
otras palabras, se trata de una organización que compite
en el mercado y se ha ganado un importante espacio en el mismo,
sin por ello perder su carácter y fines fundamentalmente
socioculturales. Este es también un rasgo a destacar, ya
que supera una visión dicotómica que
opondría las nociones del mercado y de bienestar social
como incompatibles o al menos como difícilmente
conciliables".

El sistema de ferias opera como una red integrada por:
a) productores primarios, en su mayor parte organizados en forma
de cooperativas o asociaciones de productores; b) una
organización formal, el Departamento Agrícola y de
Abastecimiento Popular de CECOSESOLA, quien se encarga de
coordinar la recepción de bienes y la distribución
a los puntos de venta, y c) las unidades de venta,
llamadas "ferias". Existen dos tipos de ferias: las que
están directamente a cargo del personal del programa y las
que son administradas principalmente por cooperativas y otras
asociaciones, que son generalmente (pero no obligatoriamente)
socios de la Central. La palabra "feria" dada a los puntos de
venta principales proviene del hecho de que no se trata de
establecimientos comerciales permanentes, ya que sólo
funcionan durante tres días a la semana.

El componente fundamental de una feria de barrio es una
organización social dispuesta a trabajar tres días
a la semana para constituir en su barrio o sector un punto de
venta. Las ferias se estructuran y desarrollan a partir de un
grupo promotor organizador que no posee ningún privilegio
adicional respecto a los demás trabajadores voluntarios o
remunerados. Aunque nacieron a partir del movimiento cooperativo
de Venezuela, integran diferentes formas asociativas urbanas y
rurales, tanto cooperativas, asociaciones y microempresas, como
organizaciones de productores y de consumidores.

Las ferias satisfacen la demanda de 40.000 consumidores
con precios entre un 15% y un 30% más bajos
que los ofrecidos por el comercio minorista. Se convirtieron
así en el principal proveedor de productos alimenticios de
Barquisimeto, en escala comparable a las grandes cadenas de
comercialización nacionales.

IX. SUGERENCIAS
PARA AUMENTAR O POTENCIAR EL CAPITAL SOCIAL

Según la CEPAL20, el enfoque de capital social
aporta cuatro tipos de políticas para remover los
mecanismos de transmisión intergeneracional de
oportunidades desiguales de bienestar.

Primero, es necesario establecer políticas de
promoción del enfoque de capital social para que los
investigadores, agentes y promotores sociales se capaciten tanto
en la teoría como en la metodología del capital
social.

Segundo, es importante establecer una plataforma de
políticas culturales y desde ella impulsar experiencias
precursoras de capital social. Kliksberg considera fundamental la
vinculación entre cultura y políticas sociales,
porque el bagaje cultural de los pueblos es una forma positiva de
generar integración social y de fortalecer además
los valores comunes. Una política consciente de
promoción de la cultura popular y campesina en
América Latina fomentaría la identidad local y
posibilitaría la emergencia de capital social.

Tercero, la acción estatal debe enfocarse en las
políticas de creación y fortalecimiento de capital
social como forma de intervención directa en la comunidad.
Se indica que las instituciones comunitarias pueden ser inducidas
por agentes externos mediante metodologías apropiadas,
procurando una coproducción de capital social individual y
familiar que se articule con las instituciones comunitarias, para
lograr así el "empoderamiento" de éstas.

Se plantea que en el nuevo modelo de políticas
sociales y sobre todo en el enfoque de capital social se requiere
el compromiso personal del funcionario o del investigador. Se
postula que todo analista de capital social debe efectuar dos
labores centrales: primero, fomentar la búsqueda de
precursores del capital social e indagar sobre el capital social
depositado y conservado en la memoria histórica de los
grupos, que existió en el pasado pero se debilitó a
causa de rivalidades internas o fue reprimido por fuerzas
externas. Asimismo, se argumenta que los cientistas
sociales se encuentran en una situación ambigua entre el
campo científico y el campo político, y que por
tanto su compromiso personal con alguna comunidad es normal y
favorable para la superación de la pobreza.

Cuarto, se hace necesario impulsar políticas de
coordinación de capital social, ya que muchas de las
áreas que preocupan a los gobiernos como la pobreza, las
familias, el género o las etnias, se relacionan con
dimensiones transversales de las políticas que requieren
una gran coordinación e integración para lograr ser
efectivas.

X. HACIA LA
POLITIZACIÓN DEL ANÁLISIS DEL CAPITAL
SOCIAL

Miranda y Monzó21 señalan que si se
pretende utilizar el capital social como una herramienta para
pensar y superar la pobreza no sólo desde la mirada del
sector estatal, sino desde un enfoque de interfaces en el que
tanto agentes estatales como usuarios participan en la
definición de la pobreza y de sus mecanismos de salida, se
requiere politizar el análisis sobre el capital social y
reconocer que sus efectos dependen del uso que puedan hacer tanto
individuos como colectividades de los recursos movilizados a
través del mismo. Es necesario no suponer de antemano la
funcionalidad e instrumentalización del capital social
para los programas de desarrollo, sino explorar sus
articulaciones con lo político, con los conflictos y con
los intereses individuales.

En este sentido, avanzar hacia la politización
del discurso del capital social, es decir, hacia su
comprensión como un elemento más, que entra en
juego en las relaciones de poder existentes en un determinado
grupo, o entre grupos distintos, implica:

– El concepto del capital social es un concepto
relacional: permite pensar a los individuos insertos en una trama
de relaciones que aportan recursos más o menos aptos para
posicionarse en la estructura social.

– En el caso de los grupos de pobres, el capital social
resalta su mayor o menor capacidad para posicionarse en tramas de
relaciones ricas en recursos, como elemento central para superar
la exclusión social.

– El concepto del capital social destaca todas las
dimensiones que emergen entre los grupos de pobres y otros grupos
dentro de la sociedad, en particular, las instituciones y
agencias destinadas a superar la pobreza. Estas dimensiones
incluyen aspectos cognitivos – percepciones mutuas,
creencias acerca de los "otros", estereotipos etc.-
y conductuales -prácticas- y discursos
más o menos inclusivos, participativos etc. que les
permiten relacionarse de una determinada manera (que puede
favorecerlos o desfavorecerlos en la superación de la
pobreza).

– El concepto del capital social alude no sólo a
las capacidades de los pobres y a los espacios que les deben ser
cedidos para la resolución de sus problemas, sino a una
articulación de éstos con otros agentes que,
estando en simetría o asimetría de poder, pueden
lograr sinergias o reciprocidades que serán beneficiosas o
perniciosas para ambas partes.

– El concepto de diversidad cultural, es decir, la idea
de un "otro" no sólo como un otro cultural sino como
portador de distintos principios diferenciadores: clase,
género, nacionalidad, edad, religión etc. es un
implícito en el concepto capital social. En la medida que
el análisis sobre capital social incorpore cómo
estas variables entran en juego en la relación entre
grupos diferentes en un espacio y tiempo determinados,
logrará dar cuenta de la verdadera heterogeneidad de la
pobreza.

– En este sentido, las dinámicas de
interculturalidad son un elemento central en el fortalecimiento
del capital social de los pobres. Si el análisis del
capital social considera las dimensiones que emergen de la
interacción de una diversidad tensionada por relaciones de
poder que juegan a favor o en contra de la afirmación
identitaria de los sujetos, los beneficios de un capital
social "saludable" para los pobres se traducen en
lazos sociales donde no se excluyen sus "diferencias", por el
contrario, se buscan los medios más adecuados para su
expresión y diálogo con otras
identidades.

– El capital social hay que crearlo en cada
situación específica, e involucra no sólo a
un grupo de manera aislada, sino a dos grupos, dos partes, dos
sistemas. Y para el caso de las instituciones públicas
encargadas de la superación de la pobreza, abre la
posibilidad de auto observarse en la trama de relaciones de la
que participan y a través de la cual se vinculan con sus
usuarios. El capital social es una herramienta que brinda al
Estado auto reflexividad: al analizar cómo es el
vínculo que mantienen con los grupos de
pobres, asumiéndose como parte interviniente, pueden
evaluar y modificar los aspectos que están obstaculizando
sus objetivos.

XI.
REFLEXIONES

Moreno22 plantea las siguientes consideraciones a manera
de síntesis sobre el paradigma del capital social, su
importancia y sus valores constitutivos:

– Se trata de un concepto que ha resurgido como
respuesta a los fracasos de las ideas economicistas del
desarrollo, resaltando la necesidad de considerar en ese proceso,
valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, la
conciencia cívica, la ética y los valores
predominantes en la cultura de una sociedad, a fin de formular
políticas públicas, con objetivos de lograr una
estrategia de desarrollo auto sostenido, participativo y
equitativo.

– El capital social contribuye a fortalecer los actores
y redes de la sociedad civil, facilitando un sistema transparente
y eficiente en la gestión pública y la lucha contra
la pobreza y la exclusión social, al considerar a los
pobres no como un problema, sino como actores protagónicos
en la búsqueda de un mejor destino.

– El capital social es un factor clave para el
fortalecimiento de la democracia, al contribuir al crecimiento
institucional y promover el desarrollo con equidad e
inclusión social, con lo cual igualmente se facilita la
integración de los países en desarrollo al mundo
globalizado.

– Se entiende en el paradigma de capital social que la
pobreza es consecuencia de la negación de bienes y
servicios físicos y de bienes socio emocionales y que los
pobres no son sólo el resultado del acceso limitado a
bienes y servicios materiales, sino también, del acceso al
respeto, al aprecio y la participación que constituyen la
esencia de los bienes socio emocionales. Por lo que puede
considerarse que una causa importante de la pobreza es el
déficit de capital social que tienen los pobres en redes
ricas en recursos. De esto se deduce que una estrategia de
desarrollo económico no excluyente debe
necesariamente tomar en consideración la influencia
del capital social en la productividad de otras formas de capital
y en la distribución de los beneficios.

– A diferencia del modelo clásico que sugiere que
las personas se especializan y desarrollan sus actividades
económicas basadas o motivadas por oportunidades para
obtener beneficios físicos y financieros; el paradigma de
capital social plantea que los términos y niveles de
intercambio no sólo dependen de nuestro deseo por bienes y
servicios físicos y por activos productivos; sino
también de nuestra búsqueda de bienes
socio-emocionales que siempre estarán presentes en todas
las relaciones de intercambio.

BIBLIOGRAFÍA

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– Gustavo Yamada: Reducción de la
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NOTAS:

1 Banco Mundial: Entender y combatir la
pobreza, p.1

2 Citado por Claudia Serrano: Pobreza,
capital social y ciudadanía, Asesorías para el
desarrollo, septiembre 2001, p. 6

3 Jonathan Fox: De la teoría a la
práctica del capital social: El Banco Mundial en el campo
mexicano, LASA 2001, Washington, 6-8 de septiembre 2001, p.
2

4 John Durston: "Construyendo capital
social comunitario", en Revista de la CEPAL, No. 69, CEPAL,
Santiago de Chile, diciembre 1999, p. 103

5 Citado por René Millán y
Sara Gordón, "Capital social, una lectura de tres
perspectivas clásicas", en Revista Mexicana de
Sociología, Año 66, No. 4, octubre-diciembre 2004,
p. 714

6 Ana Galindo: Proyecto
capital social, construyendo puentes, Universidad Privada
Boliviana

7 CEPAL: Capital social y pobreza,
Documento preparado para la Conferencia Regional sobre
Capital Social y Pobreza, Santiago de Chile, 24-26 de
septiembre del 2001, p. 1

8
http://www.periodismosocial.org.ar/glosario.cfm?lt=C

9 FAO: Capital social
(http://www.fao.org/documents/show_cdr.asp?url_file=/docrep/006/j2053s/j2053s11.htm)

10
http://www.lachsr.org/es/thesaurus/00000371.htm

11 Dagmar Raczynski y Claudia Serrano:
"Programas de superación de la pobreza y capital social.
Evidencias y aprendizajes de la experiencia de Chile", en Capital
social y programas de superación de la pobreza:
lineamientos para la acción, Libros de la CEPAL, Santiago
de Chile, septiembre 2005, pp. 104-105

12 Rafael Reyes Morales y Rogelio Pacheco
Aquino: Migración internacional, capital social y
producción local en Oaxaca, pp. 3-4

13 CEPAL, obra citada, p. 2

14 Ibid, pp. 2-3

15 Marta Portela e Isabel Neira: Capital
social: las relaciones sociales afectan al desarrollo,
Colección Documentos, Instituto Internacional de
Gobernabilidad de Catalunya

16 CEPAL: Panorama social de América
Latina y el Caribe 2001-2002, Capítulo IV, Capital social:
sus potencialidades y limitaciones para la puesta en marcha de
políticas y programas sociales, p. 10

17 Banco Mundial: Capital social

18 José Eduardo Jorge, Florencia
Censi y Juliana Bertucci: Capital social y pobreza: casos y
métodos en la "construcción comunitaria"

19 Juliana Bertucci: El concepto de capital
social en los proyectos de alivio de la pobreza

20 CEPAL, Panorama social de América
Latina y el Caribe 2001-2002, obra citada, p. 12

21 Francisca Miranda y Evelyn Monzó:
Capital social, estrategias individuales y colectivas: el impacto
de programas públicos en tres comunidades campesinas de
Chile, Serie Políticas Sociales, No. 67, CEPAL, Santiago
de Chile, mayo 2003, pp. 12-13

22 José Ignacio Moreno León:
Capital Social, Gobernabilidad Democrática y Desarrollo.
Los Retos de la Educación (Comunidad Virtual
de Gobernabilidad)
http://www.gobernabilidad.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=1064

 

 

Autor:

Galo Fernando Viteri
Díaz

Economista

Junio/2006

Quito-Ecuador

Categoría:
Economía

Partes: 1, 2
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